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        Palencia: el icono desconocido de la Meseta norte

        “¿Qué se te ha perdido a ti en Palencia?”, te preguntarán cuando emprendas el viaje. De las nueve provincias de Castilla y León, Palencia es la que se lleva la fama de olvidada.  

        Para que te hagas una idea, la catedral de su capital, la Santa Iglesia Catedral de San Antolín, se ganó el apodo de “la bella desconocida”. Actualmente, un proyecto cultural de modernización lleva con orgullo el nombre de “La bella reconocida”. ¿La descubrimos? 

        Palencia es una provincia en la que el pasado está presente solo como motor para el futuro. Es apasionante por desconocida, enraizada a su origen y al campo, pero con un ojo que no deja de mirar a lo que está por venir.   

        ¿Sabías que Palencia, toda ella, es un museo al aire libre? La provincia presenta la mayor concentración de monumentos de estilo Románico en Europa. El nivel es tal que el Congreso llegó a promover una propuesta para impulsar el Románico Palentino como Patrimonio Mundial de la UNESCO. 

        ¿Dónde encontrarás buenos ejemplos de este estilo arquitectónico? Sigue estas pistas, que no tienen pérdida: San Martín de Tours, en Frómista; la Ermita de San Miguel y la del Perpetuo Socorro, en Población de Campos; o la Iglesia de Santa María de las Victorias y del Camino, en Carrión de los Condes. 

        Además de lucir románicos, estos pueblos tienen algo más en común. Por ellos, pasa el Camino de Santiago, el Francés, que atraviesa Palencia de este a oeste durante 70 kilómetros.  

        ¿Botas listas? En plena Meseta, el camino es sencillo, sin grandes desniveles y con impresionantes estampas naturales, como las riberas del Pisuerga, el Canal de Castilla o los horizontes infinitos de Tierra de Campos. Párate. Mira a tu alrededor. Respira. Así es Palencia. 

        La naturaleza en Palencia

        Palencia es insondable y no se entendería sin el Parque Natural Montaña Palentina, el lugar más remoto de la provincia formado por valles, acantilados, precipicios, agujas y demás filigranas naturales con capacidad para dejarte extasiado.  

        Cuando lo contemples, estarás contemplando un paisaje modelado por la acción de los ríos Carrión y Pisuerga en el que se pueden recorrer diferentes sendas por pantanos y bosques. ¡Y encontrar sorpresas en el camino! ¿Sabías que hay un bosque plagado de obras de arte? Anota: se trata de la ruta en homenaje al artista local Ursicino Martínez. 

        Te perderás en el Laberinto de las Tuerces, declarado Monumento Natural, un paisaje compuesto por un conjunto de formas pétreas de roca caliza erosionada durante eras. También en el Geoparque de las Loras, protegido por la UNESCO y que reúne formaciones kársticas y yacimientos arqueológicos. Un secreto: busca el páramo palentino de las Loras. Te sentirás en otro planeta. 

        Palencia

        Palencia, tierra de gastronomía y vinos

        El lechazo de Villasirga, la verdura de Frómista, la cecina del valle de Villarramiel, las alubias de Carrión, las legumbres de Saldaña, la carne de Cervera de Pisuerga o sus quesos de leche cruda de oveja churra, ¡aquí has venido a catar! 

        ¿Te gusta el dulce? Palencia es tu sitio. No te vayas sin probar (y llevarte unos souvenirs foodies) los amarguillos, los lazos de hojaldre o las pasas Pisuerguinas, de la empresa familiar Uko. 

        ¿Y los vinos? Dos Denominaciones de Origen concentran la producción: los vinos de Arlanza y los de Cigales. Blancos, tintos y rosados para un brindis con caldos desconocidos que, como la provincia en la que nacen, no dejarán de sorprenderte. 

        Una tierra por descubrir y un hotel, el Sercotel Hotel Rey Sancho, desde el que lanzarte a hacerlo. Desde el centro de la capital palentina, te acercamos a la gran desconocida de Castilla y León. 

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