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        Madrid, donde todo pasa

        Dice el famoso chotis de Agustín Lara eso de “Cuando vengas a Madrid chulona mía, voy a hacerte emperatriz de Lavapiés”. Nosotros no podemos prometerte eso. Lo que sí podemos garantizar son días en los que los vermús por Malasaña se alargan de tapas por Chueca y terminan de sobremesa en La Latina. También que una vez pises el Paseo del Arte no habrá quien te mueva de allí. Normal, si es que solo entre el Museo del Prado, el Thyssen y el Reina Sofía se puede disfrutar de obras de arte como El jardín de las delicias, Las meninas o el Guernica.  

        Cuando te recuperes del síndrome de Stendhal, la Plaza Mayor te espera y, con ella, sus míticos bocadillos de calamares. Cerca está el Palacio Real y su silueta dominando la plaza de Oriente. A un paso, la Catedral de la Almudena cuyo estilo siempre pilla desprevenido a quien la visita por primera vez.  

        Ah, y uno no ha estado aquí si no ha pasado por la Puerta del Sol. Será todo lo mainstream que quieras, pero no te irás sin una foto con el Oso y el Madroño y otra luciendo pies sobre la placa del Kilómetro Cero. Porque Madrid no es solo la ciudad en la que todo pasa, sino también por la que todos pasan. Incluidos los caminos. Estos quizá no lleven a Roma, pero sí a descubrir el Madrid que se cuece fuera de Madrid.  

        Hay mucha vida lejos del asfalto de Madrid

        La Gran Vía está muy bien, pero subirla y bajarla no está reñida con descubrir que, a menos de una hora en coche del centro de la ciudad, hay cientos de senderos por recorrer. Madrid no tendrá playa, pero tiene montañas. Y en ellas, maravillas como ese Hayedo de Montejo que uno puede encontrar en la Sierra del Rincón y que suele estar con el guapo subido durante el otoño, cuando las hojas lucen rabiosamente rojas y ocres. 

        Por haber, hay hasta un pueblo que parece sacado de un cuento. Se llama Patones de Arriba, sus casitas son de piedra y pizarra y se dice, se comenta, que, de tan escondido como está, Napoléon pasó de largo. Lo que se ve a simple vista, en cambio, es la muralla de Buitrago del Lozoya, que imponente se eleva sobre el río rodeando al municipio. Como transportarse a otro tiempo, uno en el que se erigían castillos, imponentes monasterios y afamadas universidades.  

        Madrid

        Madrid con Historia e historias

        Hubo una época, en el siglo XVI, en la que nació la primera ciudad del mundo diseñada y construida como sede de una universidad. Fue Alcalá de Henares y el paraninfo de esta institución es una joya artística ante la que quizá sientas una especie de déjà vu: en ella se entrega el premio Cervantes. Y es que visitar Alcalá no es solo visitar una Ciudad Patrimonio de la Humanidad es visitar la ciudad en la que nació el autor de Don Quijote de la Mancha.  

        Mucho tiene que contar también San Lorenzo de El Escorial. O, más concretamente, su monasterio. Situado en la Sierra de Guadarrama, tiene más de 30.000 metros cuadrados y en su interior alberga, entre otras cosas, un palacio, un colegio, una biblioteca y un seminario. Fue Felipe II quien impulsó su construcción. Imaginamos que al tiempo que se interesaba por hacer de las huertas y los jardines de Aranjuez lo que son hoy en día: un festival de parterres, fuentes, cascadas y estatuas que tienen como testigo al famoso Palacio Real de Aranjuez 

        Intuimos que estarás pensando que no te va a dar tiempo a verlo todo. Y eso que todavía no te hemos hablado de la Plaza Mayor de Chinchón, de Manzanares El Real y su robusto Castillo de Los Mendoza o de las piscinas naturales en las que refrescarse cuando aprieta el calor. No te preocupes, nuestros hoteles siempre tienen las puertas abiertas para darte la bienvenida de nuevo.  

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