Hoteles en Palencia

Palencia es de esas ciudades que juega a dejar algo al misterio. Probablemente de ella sepas que es la cuna del románico europeo, quizá te suene algo de su Semana Santa y otro poco, aunque no mucho, de una cosa llamada Canal de Castilla.  

Y aún no te hemos preguntado por su catedral, a la que a veces parecen hacer sombra sus vecinas del resto de ciudades de Castilla y León, pero que, imponente y robusta, no tiene nada que envidiarlas. Lo bueno de que todavía no hayas visitado Palencia es que ahora vas a vivir la emoción de descubrirla.  

Palencia es sinónimo de románico. Si te gusta el turismo de iglesias y monasterios, este es tu lugar en el mundo. Comienza por la Ermita de San Juan Bautista, ubicada en el Parque Huerta de Guadián, que alberga el Punto de Información del Románico; continúa por el Museo Arqueológico Provincial, el Diocesano y, por el último, el Catedralicio… Y si te hubiera sabido a poco, siempre puedes animarte con el resto de la provincia. 

Te diremos que no solo de románico vive Palencia. El gótico también tiene algo que decir.  

¿Sabías que la Catedral de Palencia es la tercera más grande de España, después de las de Sevilla y Toledo? Recibe el sobrenombre de la “bella desconocida” y, por ende, Palencia también. Alberga obras de arte de El Greco, Juan de Flandes o Pedro Berruguete que, por cierto, ¡es palentino, nacido en Paredes de Nava!  

No te vayas sin visitar la Cripta de San Antolín (patrono de Palencia), sin admirar el altar mayor o sin encontrar la gárgola del fotógrafo en su fachada. 

Si eres amante de la naturaleza, Palencia también tiene algo para ti. Te gustará saber que por aquí pasa el Canal de Castilla y que puedes  recorrerlo caminando, en bici ¡o en barco!  

Para encontrarte con esta gran obra a su paso por Palencia capital, te recomendamos que vayas a la Dársena para comenzar un tranquilo paseo por este ramal.  

Un último secreto: las mejores vistas de Palencia podrás admirarlas desde el Cerro del Otero, coronado por la escultura del Sagrado Corazón de Jesús, del artista Victorio Macho. A sus pies, encontrarás una ermita en la que se ubica el Centro de Interpretación de este escultor palentino. 

No puedes irte de Palencia sin probar la tradicional sopa castellana o la menestra palentina. Su huerta la abastece de productos de temporada y eso se plasma en su recetario. Por eso el pisto es otro de sus platos más típicos.  
 
El famosísimo lechazo, las chuletillas de cordero, la morcilla, las truchas de río, la codorniz, la perdiz, la liebre o el conejo, así como sus famosas legumbres, completan el repertorio.  

El tip de experto te lo daremos si vienes en Carnaval, momento en el que tienes que probar nuestras hojuelas; o también para San Marcos, el 25 de abril. Es entonces, cuando comerás los sabrosos caracoles de la zona. Tenemos una lista preparada de restaurantes a visitar. Lo de las rosquillas de palo ya te lo contamos en Semana Santa.  

¿Qué, te hemos convencido? ¡Ya solo te falta reservar en nuestro hotel en Palencia para descubrir esta bella desconocida!