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Toledo: ¿alguien da más?
Calas y playas tranquilas, uno de los mejores climas del Mediterráneo durante todo el año, rutas de senderismo y pueblos con gastronomía de mar. Tarragona guarda casi tantos secretos como virtudes que queremos que descubras en una escapada.
Puedes empezar por la histórica Tarragona, una ciudad que conserva como ninguna el paso de una civilización milenaria. Tienes infinitas posibilidades para conocerla, pero lo cierto es que el pasado romano es el que impera en la capital de la Costa Daurada. Fruto de la época se conservan el anfiteatro, el pretorio y el circo romano.
De la época medieval, en cambio, destaca todo su casco antiguo con casas empedradas y su espectacular catedral, que merece una visita, especialmente por la noche, cuando luce bellamente iluminada.
También merecen un rato de tu tiempo su mercado central, sus numerosas plazas, perfectas para tomar un vermú; su bulliciosa Rambla Nova y el barrio marinero del Serrallo, uno de los lugares donde mejor se come de toda la ciudad. No te pierdas los arroces y mariscos de la zona.
Ya a las afueras, Tarragona va dejando paso a lugares tan espectaculares como el gran acueducto romano de les Ferreres o el Pont del Diable, un puente de más de 200 metros de largo por el que puedes pasear.
Sabemos que la capital engancha, pero el resto de la provincia también. Sus pueblos son hogar de una cerámica que de puro artística es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
¿Que dónde puedes encontrarla? En Talavera de la Reina, por ejemplo. Se ganó el nombre de ‘Ciudad de la Cerámica’ en el siglo XVI y exportó azulejos que hoy lucen en monumentos de toda España. Para entender de lo que te hablamos visita el Museo de Cerámica Ruiz de Luna.
Artísticos también se ponen en Illescas cuando de quien toca hablar es de El Greco. Entra en el Santuario de la Caridad. Hasta cinco de sus lienzos descansan aquí. El pintor llegó a decir de ellos que eran su “su obra más perfecta”.

Dinos qué historia quieres vivir y te diremos qué casti
Quien también pone todo su empeño en rozar la perfección es la naturaleza de Toledo. Las Barrancas de Burujón, con sus enormes cárcavas de color rojizo y el agua del Tajo concentrada en el embalse de Castrejón, te darán un pista de lo que hablamos.
Otra la puedes encontrar en el Parque Nacional de Cabañeros. El gran bosque mediterráneo que se conserva en esta zona es uno de sus grandes atractivos. El otro, los animales que en él habitan. Te recomendamos que acudas entre mediados de septiembre y mediados de octubre, cuando comienza la berrea y el espectáculo de los bramidos de los ciervos en época de apareamiento. Lo que te decíamos: perfección.
Toledo es tierra de castillos. Imponentes, dominan las llanuras de la provincia desde lo alto de cerros. No es solo lo que te puedan contar de batallas pasadas, son también las vistas privilegiadas que te regalarán sobre el paisaje.
Desde el castillo de la Muela de Consuegra, rodeado de molinos de viento, hasta el de Montalbán, con su enorme perímetro y el misterio que lo vincula con la Orden del Temple, pasando por el de Orgaz, ubicado, como si fuera lo más habitual, en el casco urbano de la localidad.
También tiene castillo Guadamur, uno de los mejor conservados en la actualidad. Sus torres y muros te hablarán de historias del siglo XV, aunque si lo que quieres es información del pasado, tu lugar en Toledo se llama Puy du Fou.
En este parque saben tanto de Historia que hasta la recrean en pueblos y asentamientos de época, como una venta o el campamento militar del califa Abderramán III. También en espectáculos que te sumergirán en hitos como el descubrimiento de América o la llegada del ferrocarril.
Para cuando decidas volver al presente, te estaremos esperando cerca, en nuestro hotel Sercotel Toledo Renacimiento, situado a 10 kilómetros de Puy du Fou. Porque viajar al pasado está muy bien, pero mejora si luego descansas en una cama del siglo XXI.