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        Ávila: el poder de la muralla

        ¿Sabías que en la provincia de Ávila existe una isla secreta en medio de un pantano coronada por una fortificación? ¿Y que por Ávila ciudad pasa una ruta que trata de ahondar en el origen de nuestro idioma? Se trata del Camino de la lengua castellana ¿Y si te decimos que en el Valle del Amblés podrás pasear por un monasterio abandonado que parece salido de un cuento de los hermanos Grimm? ¿Te suena? Es el monasterio de Nuestra Señora del Risco. 

        Ávila es una provincia apasionante, en la que siempre hay algo nuevo que descubrir. Empieza por alguno de los secretos que guarda la Sierra de Gredos, como es el imponente Mombeltrán, en el valle del Tiétar. Te será difícil no enamorarte de una estampa que bien podría haber sido escenario de Juego de Tronos al acercarte a su castillo medieval. 

        Sin moverte del valle, pon rumbo a Candeleda. ¿Has entrado en el pueblo más bello de la provincia? Probablemente. Te enamorarás de la increíble Casa de las flores, un edificio repleto de flores en su fachada y con toda seguridad el destino más fotografiado del viaje. En realidad, es el curioso Museo del Juguete de Hojalata, una visita imprescindible si viajas con niños. 

        Y para seguir con el idilio, llega hasta Arenas de San Pedro donde te dará la bienvenida su castillo gótico, el Palacio del Infante. Dicen que aquí se escuchan ruidos extraños y se aparecen etéreos cuerpos en medio de la noche.  

        Menos misterioso, pero muy apetecible es el puente medieval Aquelcabos, bajo el que discurre el río del Arenal, cuyo caudal, un poco más arriba, se dispone en forma de piscina natural para los baños de verano. 

        Un último pueblo antes de lanzarnos a la ciudad: Piedralaves, por el que pasaron, y del que se enamoraron, numerosos personajes ilustres como Juan Ramón Jiménez, Camilo José Cela o Pío Baroja.  

        ¿Buscas un momento romántico? En este pueblo podrás entregarte a la Cruz de los Enamorados. También, pasear obnubilado por la garganta natural del Nuño Cojo y hacer la mejor foto del municipio desde el puente. Una breve escapada inolvidable. 

        Ávila, murallas y descanso 

        Pero, eh, te queda un stendhalazo más. Posiblemente, el más potente: bienvenidos a Ávila, la reina amurallada.  

        ¿Por dónde empiezas? Por su catedral, alguna de sus bellas iglesias, como la de San Pedro (un bombón románico); o reserva en el Ayuntamiento una ruta guiada por la judería de la ciudad. Por supuesto, sube a la muralla ya que desde aquí las vistas son de otro planeta. ¡A los más pequeños les encantará! 

        Eso sí, la mejor panorámica de Ávila la conseguirás desde el mirador que se encuentra a la entrada de la ciudad o unos metros más abajo, desde Los Cuatro Postes.  

        Precisamente es aquí donde se garantiza el descanso del guerrero: Sercotel Cuatro Postes, el hotel que necesitas para repostar y coger impulso, porque Ávila no se acaba… 

        Ávila

        Ingredientes y platos para comerse Ávila

        Ávila sabe a chuletón de raza avileña-negra. Buen producto, buenas brasas y unas lascas de sal… ¿Se puede pedir más? En boca, los sabores abulenses muestran ese toque al ajo rehogado de la sopa castellana, tan contundente y perfecta para el invierno; y del pimentón de las patatas “revolconas”. Te hablamos de unas patatas hechas puré, que se corona con un buen toque de pimentón y torreznos. Maravilla. 

        ¿Y en lo dulce? Una de las experiencias más abulenses que puedes vivir es probar las yemas de Santa Teresa, hechas con yemas de huevo, almíbar, limón y canela. Cae rendido ante su intenso sabor y elígelas como el perfecto souvenir. Lo son.